“Vivir sola es como una cuarentena permanente”

Hoy compartimos contigo la historia de Dalgisa Bravo de Estrada, recogida por el País. La soledad siempre ha sido uno de los pequeños grandes temas que acompaña la vida, invisible por definición. A veces, las personas solas podemos estar fuera de nuestro país, otras veces estamos en la casa de siempre. Podemos ser mayores o jóvenes, estar rodeadas de actividad o de tranquilidad, pero la soledad siempre nos llevará a enfrentarnos a nosotras mismas y a dificultades muy particulares. Tras estos meses de confinamiento, algunas personas seguimos estando solas y otras podemos entender mejor cómo se sienten otras que permanecen así. “Vivir sola es como una cuarentena permanente”

“Vivir sola es como una cuarentena permanente”

Hace un año que Dalgisa Bravo de Estrada, de 72 años, vive sola y aún no se acostumbra a cocinar para una. Cada vez que prepara el almuerzo se le va la mano y acaba con la nevera llena de tápers pequeñitos que “ya quedan para la cena”. Hoy es un día especial y sobrará seguro. Viene a comer a casa Chari, la voluntaria de la ONG Grandes Amigos con la que despistó a la soledad de los meses de confinamiento. Después de llamadas y mensajes diarios se prepara para el primer encuentro, tras el difícil confinamiento. “¡Tengo los nervios de una cita!”, bromea la venezolana mientras vierte los cereales y el plátano en un bol con leche. Mastica con calma. Aún queda mucho tiempo hasta que llegue.

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El País ha compartido esta historia y nos explica:

La soledad no deseada es un fenómeno que crece en silencio.
En España 2.009.100 personas mayores de 65 años viven solas,
según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística.
Más del 70% son mujeres. Esta es la historia de una de ellas. La de Dalgisa Bravo.

  • Texto: Noor Mahtani
  • Fotografía: Álvaro García

 

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