La difícil pérdida de seres queridos por coronavirus

La crisis del coronavirus ha dejado altas cifras de pérdidas de seres humanos a nivel mundial. Algunos autores la señalan como la mayor crisis que ha debido enfrentar la humanidad posterior a la Segunda Guerra Mundial. Veamos qué caracteriza la difícil pérdida de seres queridos a causa del coronavirus.

Los estudios realizados en otras epidemias como el SARS, gripe A/H1N1 y el Ébola han puesto en evidencia un importante impacto psicológico sobre la población en general, los pacientes y el personal sanitario, observándose mayor prevalencia de malestar psicológico, de síntomas afectivos (estado de ánimo bajo o irritabilidad) y de estrés postraumático.

En relación a las consecuencias del Covid-19, estudios muy recientes observan miedo y malestar en las personas tanto por el peligro vital que entraña la infección como por la situación de aislamiento a las que se han visto sometidas. Concretamente, la aparición de este virus ha tenido un enorme impacto psicosocial expresado como miedo al contagio, encierro, situación de mayor precariedad económica y lo más difícil de asumir, la pérdida de seres queridos.

En situaciones cotidianas frente a la pérdida de un ser querido muchas personas se centran en la elaboración de la perdida a través de la expresión de emociones, de recuerdos, de la añoranza por el ser querido. Otras dedican su esfuerzos a desarrollar nuevos roles y realizar cambios tras la pérdida. En general, la mayoría de las personas desarrollan estrategias de afrontamiento adecuadas para manejar y superar las pérdidas.

Sin embargo, dado el alto riesgo de contagio del Covid-19 la autoridad sanitaria desarrolló protocolos muy estrictos tanto para abordar el proceso de enfermedad como el de la muerte de los pacientes con coronavirus. Entre otras medidas, no se ha permitido acompañar al ser querido durante la etapa de enfermedad y en los momentos finales de su vida, y en muchos casos, no han podido despedirse y desarrollar los rituales que en cada cultura acompañan a los procesos de perdida, debiendo asumir la perdida en soledad, sin la posibilidad de expresar las emociones, recordar al fallecido y compartir el dolor.

Esta situación compleja de pérdida provocará que algunas personas puedan estancarse en alguna fase de este proceso de abordaje del duelo y del dolor, generando en algunas de ellas sintomatología ansiosa, depresiva, sentimientos de culpabilidad, entre otros, lo que puede dificultar y extender en el tiempo la elaboración de esta pérdida.

Frente a la difícil pérdida de seres queridos a causa del coronavirus, generar espacios de diálogo y rituales en torno a la pérdida, permitirán a las personas expresar y compartir sus experiencias, superar el aislamiento y desarrollar un sentido de pertenencia, lo que terminará favoreciendo el proceso de asimilación de la pérdida.

 

Contenido y redacción: Instituto Valenciano de Psicología y Salud

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